miércoles, 25 de octubre de 2017

Represas en Santa Cruz y su impacto ambiental

Fuente: La Nación. Foto: Gentileza Darío Podestá



El viernes 13 de octubre del corriente año el ministro de Energía, Juan José Aranguren anunció desde el sur que están dadas las condiciones para retomar las obras principales. Ahora, las empresas Electroingeniería y la china Gezhouba pusieron fecha y el 1° de noviembre comenzará la obra rodeada de denuncias ambientales que aún persisten en su reclamo.
La justicia destrabó la construcción de las represas Kirchner/Cepernic sobre el Río Santa Cruz, que estaba frenada por un amparo solicitado por organizaciones ecologistas. La jueza en lo Contencioso Administrativo Federal Macarena Marra Giménez hizo lugar al pedido del Gobierno para que se levante la cautelar interpuesta por la Fundación Banco de Bosques para el Manejo Sustentable de los Recursos Naturales. Era la última medida que quedaba pendiente para que Energía dé inicio al millonario proyecto.

La Obra
El proyecto del aprovechamiento hidroeléctrico del río Santa Cruz prevé la construcción de dos represas: Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic. Se encuentran ubicadas sobre este importante curso de agua de alta potencialidad hidroenergética, aprovechada por primera vez a partir de esta obra. Los estudios preliminares de los proyectos se remontan a 1970. Las centrales hidroeléctricas tendrán una potencia instalada de 1310 megawatts lo que representa el 5 % del máximo consumo nacional en punta. Permitirá una generación media anual mayor a 5.000 GW/hs.

REPRESA PRESIDENTE DR. NÉSTOR KIRCHNER
Se encuentra ubicada a 130 kilómetros de la localidad de El Calafate. Tiene una potencia de 950 mW y una altura de 70 metros. Está compuesta por 5 turbinas Francis con una generación anual de 3380 Gw/h. La longitud del muro será de 1900 metros y la superficie del embalse tendrá  250 kilómetros cuadrados.

REPRESA GOBERNADOR JORGE CEPERNIC
Está localizada a 170 kilómetros de la ciudad de Comandante Luis Piedra Buena. Cuenta con una capacidad instalada de 360 mw y 45 metros de altura. La extensión del muro es de 2700 metros. La casa de máquinas está compuesta por 3 turbinas Kaplan y producirá 1903 Gw/h al año. La superficie del embalse será de 200 kilómetros cuadrados.



Impacto Ambiental
Las mega-represas, al anegar grandes extensiones de valles fluviales y transformar drásticamente el medio acuático aguas abajo, tienen siempre un importante impacto ambiental.
Por esta razón la decisión de encarar la realización de estas obras – que siempre requieren de un involucramiento financiero del gobierno nacional – demanda un detallado análisis de su contribución a los requerimientos energéticos de la comunidad y de los costos ambientales que implican y una rigurosa comparación con las ecuaciones costo/beneficio de los emprendimientos alternativos.
En el caso de las represas proyectadas para el Río Santa Cruz, a la irremediable pérdida del hábitat de valle fluvial y de un importante patrimonio arqueológico  y a la severa alteración de las comunidades acuáticas se suman impactos potenciales de gravedad extrema para el patrimonio natural argentino: posibles alteraciones a los ecosistemas del Parque NacionalLos Glaciares y a los del estuario del río Santa Cruz que podrían contribuir a la extinción del macá tobiano (Podiceps gallardoi), especie endémica de la Provincia de Santa Cruz y actualmente en peligro crítico.
En caso de que estas represas pudiesen afectar el nivel del Lago Argentino existiría el riesgo de anegamiento de valiosas áreas costeras y de consecuencias sobre los regímenes de sus glaciares. Una manipulación de dicho nivel sería violatoria de la Ley Nª22351 (ley orgánica de parques nacionales) que prohíbe “toda acción u omisión que pudiere originar alguna modificación de paisaje o del equilibrio ecológico…”, así como de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial  Cultural y Natural (ratificada por la Argentina en 1978), a cuya Lista del Patrimonio Mundial se incorporó este parque en 1981.
Respecto del macá tobiano, las posibles alteraciones de las características físicas y limnológicas  del estuario del río Santa Cruz podrían privar a esta especie de una de sus tres áreas de invernada conocidas, contrariando los denodados esfuerzos que realizan Provincia, Nación y ONGs por impedir que su población actual (estimada en 750 individuos) continúe decreciendo.
Se deja aquí el informe técnico elaborado por los departamentos de Conservación y Conocimiento de Aves Argentinas en relación a las mencionadas represas. Documento dePosición Institucional Completo

Fuente:
Organización Aves Argentinas. http://www.avesargentinas.org.ar/
Represas Patagónicas www.represaspatagonia.com.ar


martes, 24 de octubre de 2017

Agroquímicos en Argentina

Es sabido que el tema Agroquímicos se ha instalado en nuestra sociedad. Como toda situación donde intereses económicos están en juego, habiendo países como el nuestro que suelen ser “territorio de ensayo” o, directamente, plazas de comercialización de productos que están prohibidos o restringidos en las naciones desarrolladas.



Estamos frente a un escenario donde conviven sectores que pretenden regular la utilización pero su tarea puede tornarse ardua. Nos podemos encontrar con el desconocimiento de algunos o la mirada hacia otro lado, de otros. Estos últimos con el objetivo de no modificar diversas situaciones por las potenciales consecuencias negativas para unos pocos sobre el interés general de la comunidad e, inclusive, para quienes tienen que desarrollar su labor con dichos productos.
La utilización de estos productos y su almacenamiento sin el debido control está provocando severos trastornos en la salud de los productores y sus familias, principalmente, a nivel de la reproducción. El aumento de los riesgos durante la aplicación de plaguicidas a menudo resulta de falta de información, conocimiento, conciencia, y la pobre supervisión durante su aplicación y venta de productos altamente tóxicos en el mercado. Ejemplos de esta situación se pueden observar en la Argentina desde hace ya muchos años y es fácil encontrar casos en páginas informativas como www.infobae.com.

¿Qué son los agroquímicos?

Los agroquímicos son sustancias químicas que se emplean con recurrencia en la agricultura y que tienen la finalidad de mantener y conservar los cultivos que esta actividad desarrolla. Normalmente su uso está vinculado a la intención de proporcionarles nutrientes a los cultivos, matar insectos o cualquier otro organismo que los afecte de manera negativa y también para eliminar de plano las malezas y los hongos.
La misión por caso de estos productos es optimizar al máximo el rendimiento de cualquier explotación agrícola, es decir, producir más para poder lograr mayores ganancias económicas.



fuente: El Litoral.com


Soja y glifosato
La introducción masiva de la soja, y sobre todo el de la modificada genéticamente despertó por un  lado el entusiasmo en los productores agrícolas y por otro una serie de dudas en los que echaban sombras sobre su viabilidad ambiental, sobre todo a mediano y largo plazo. Estos señalaron en primer lugar el impacto del monocultivo sobre la biodiversidad que podría llevar a una dependencia cada vez más fuerte del uso de insumos industriales y de semillas cada vez más modificadas para adaptarse a las nuevas situaciones ambientales.
Por otra parte, al glifosato, el herbicida que necesariamente acompaña el cultivo de la soja RR, se le achacaron una serie de problemas, entre ellos fundamentalmente tres: uno es su toxicidad que generaba la virtual desaparición de toda 
la vida animal y vegetal en la superficie cultivada y también en el subsuelo. El segundo problema es su capacidad de permanencia en el ambiente, y finalmente que generaba una respuesta en la naturaleza que hacia que poco a poco las malezas fueran haciéndose cada vez más inmunes a este producto, lo que o bien generaba la necesidad de aumentar las dosis aplicadas o bien buscar herbicidas mas potentes.
A su vez todas estas posturas, por lo general apoyadas en pocos datos concretos,  
fueron y son contrarrestadas con estudios y opiniones de investigadores y productores que indicaban que no se advertía ninguna de estas consecuencias en la realidad, por lo menos en una escala tal que marcara un peligro en el futuro. 
El informe producido hacia mediados de 2009 sobre le tema del glifosato por un grupo de investigadores convocados por el CONICET parecería haber dado punto final a la controversia, pero sin embargo los grupos ambientalistas inmediatamente descreyeron de la seriedad del trabajo y mantuvieron su postura de rechazo al agroquímico. Esto confirma el hecho de que en estas controversias ninguna de las partes involucradas está dispuesta a escuchar a la otra ni a ceder en su postura.

Consecuencias
La contaminación de las aguas subterráneas por los productos y residuos agroquímicos es uno de los problemas más importantes.
La contaminación por fertilizantes se produce cuando éstos se utilizan en mayor cantidad de la que pueden absorber los cultivos, o cuando se eliminan por acción del agua o del viento de la superficie del suelo antes de que puedan ser absorbidos. Los excesos de nitrógeno y fosfatos pueden infiltrarse en las aguas subterráneas o ser arrastrados a cursos de agua. Esta sobrecarga de nutrientes provoca la eutrofización de lagos, embalses y estanques y da lugar a una explosión de algas que suprimen otras plantas y animales acuáticos.
El trabajo "Monitoreos de residuos de plaguicidas en agua y estrategias de mitigación de la contaminación” determinó la contaminación de agroquímicos en las napas freáticas en la localidad de Dorila. El trabajo fue realizado por técnicos del INTA.



Fuente:



viernes, 29 de septiembre de 2017

Incendios Forestales

Se llama Incendio Forestal al fuego que afecta la vegetación en bosques, selvas y zonas áridas o semiáridas y aéreas preferentemente forestales, ya sea por causas naturales o inducidas, con una ocurrencia y propagación no controlada o programada. Un incendio forestal puede afectar desde una superficie incipiente hasta miles de hectáreas, ocasionando diversos efectos al suelo, flora y fauna, así como a los bienes y servicios como agua disponible en el subsuelo, captura de carbono, emisión de oxígeno, alimentación, recreación y composición de la biodiversidad, así como, en términos globales, contribuyen al cambio climático mundial a través de las emisiones.

Los incendios pueden originarse por: 
 Causas Naturales: La más significativa y común es la caída de rayos producidos por tormentas eléctricas, principalmente  cuando estas no son acompañadas de lluvia. Otra causa que puede producir incendios en algunas regiones es la actividad volcánica.
 Causas Antrópicas: La presencia del hombre en los montes, bosques, o en sus adyacencias, inevitablemente va acompañada de elementos, quehaceres o instalaciones que pueden ocasionar incendios. Los accidentes o negligencias en el uso de esos recursos y el deficiente manejo o mala intención en la aplicación del fuego, determinan que en todo el mundo, la mayoría de los incendios sea causada por actividades del ser humano.
Uso del fuego: Quemas de desperdicios, deshechos forestales y rastrojos. Limpieza de  terrenos y basureros. Preparación de sitios para forestación, agricultura, ganadería o urbanización.
Delictivas: Ocultar o disimular delitos. Intencionalidad, vandalismo, etc. 
Instalaciones: Deficiencias en el tendido y mantenimiento de líneas eléctricas, fallas en transformadores de energía, incendios de viviendas, explosiones, etc. 
Accidentes: Terrestres, aéreos, con equipos y máquinas de trabajo, etc. 
Otras: Negligencia, descuidos, fumadores, juegos de niños, etc

Tipos de incendios forestales




Cuando el fuego se propaga en forma horizontal sobre la superficie del terreno y alcanza hasta metro y medio de altura, se denominan Incendios Superficiales. Éstos afectan combustibles vivos y muertos como pastizales, hojas, ramas, ramillas, arbustos o pequeños árboles de regeneración natural o plantación, troncos, humus, entre otros.





Cuando un incendio superficial se propaga bajo el suelo, se convierte en un Incendio Subterráneo. En este caso llega a quemarse la materia orgánica acumulada y las raíces, e incluso puede alcanzar los afloramientos rocosos. Generalmente éstos no producen llamas y emiten poco humo.




Pero los más destructivos, peligrosos y difíciles de controlar son los Incendios de Copa o Aéreos, debido a que el fuego consume toda la vegetación. También comienzan en forma superficial, pero en este caso, las llamas avanzan primero sobre el nivel del suelo y se propagan por continuidad vertical, es decir, escalan vegetación dispuesta hacia arriba que sirve de combustible en escalera hacia las copas de los árboles.


Áreas afectadas

Durante el año 2014 y verano del 2015 fueron afectadas por incendios 4028.71 hectáreas de bosques cultivados y se detectaron 224 focos, en todo el país. Del total de la superficie quemada las provincias con mayor afectación fueron Buenos Aires (59%)  Mendoza (16.66%) y Corrientes (10.67%) y la de menor superficie fue Tucumán (0,049%).  Los meses de mayor superficie quemada  fueron enero, marzo y noviembre de 2014 y la mayor  cantidad de focos se produjeron en las Provincias de Río Negro y Chubut.  El promedio a nivel país de la superficie por foco de incendios fue de 17.9 has. De total de focos  detectados, el 90.7% correspondió  a superficies menores a las 5 hectáreas, 4.4% a superficies  menores a 20 hectáreas, el 2,2% fue menor de 50 hectáreas, no hubo focos entre 50 y 100  hectáreas y el 2,6% fueron focos mayores de 100 hectáreas.


Consecuencias de los incendios forestales
Varias son las consecuencias ambientales que se derivan de un incendio:
• Impacto paisajístico y pérdida de masa vegetal: tras un incendio los bosques quedan devastados completamente, se produce una brusca disminución de la diversidad vegetal y animal.
• Afección sobre la fauna: Todo tipo de animales, desde los organismos microscópicos que habitan en el suelo hasta los insectos, aves, herbívoros y carnívoros, se ven atrapados por las llamas o por los gases tóxicos provocando su muerte. Por otra parte, muchos de los animales que sobreviven deben emigrar a otras zonas puesto que su hábitat queda destruido.
• Efecto sobre el suelo: Los incendios inducen a una mineralización acelerada que junto con un aumento del pH da como resultado una alteración de la estructura del suelo y un aumento considerable del riesgo de degradación. La pérdida de la cubierta vegetal implica la destrucción del suelo y el aumento de la escorrentía superficial, facilitando los procesos y las pérdidas por erosión.
• Alteración del ciclo hídrico y de los cursos de agua: Al disminuir la infiltración se incrementa la escorrentía y a su vez la erosión.
• Aumento de la turbidez en los ríos por arrastre de áridos y arcillas. Este fenómeno afecta gravemente a las especies que pueblan los ríos, y originan en ocasiones depósitos de sedimentos.
• Aumento de las emisiones de CO2: En un incendio se desprende dióxido de carbono, metano y partículas sólidas en suspensión, gases que contribuyen a potenciar el efecto invernadero.
• Riesgo del factor humano. Es habitual que los incendios provoquen pérdidas humanas además de graves de pérdidas económicas


Fuente: "Incendios forestales Guía práctica para comunicadores" Tercera edición, 2010 © Comisión Nacional Forestal Periférico Pte. 5360 Col. San Juan de Ocotán Zapopan, Jal.
              "Incendios forestales" http://incendios.semadet.jalisco.gob.mx/conceptos
               "Producción Respetuosa en Viticultura Impactos Ambientales en Agricultura" Sinergia

martes, 11 de julio de 2017

La Desertificación

La Desertificación


La desertificación se define como la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, que resulta de factores de origen climático y de actividades antropogénicas como la deforestación, el sobrepastoreo, la expansión de áreas agrícolas hacia áreas frágiles y la sobreexplotación de la vegetación para uso doméstico.
Más de dos tercios del territorio argentino están comprendidos por regiones áridas, semiáridas o subhúmedas secas, las que están sujetas a procesos de desertificación, el problema de degradación de tierras de mayor importancia en las zonas áridas del mundo. Este proceso que alcanza dimensiones globales, ha sido motivo para el establecimiento de un acuerdo de alcance internacional en 1994, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y Mitigación del Efecto de las Sequías.

La Desertificación en la República Argentina
En la Argentina, se ha establecido el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación en el marco del cual se desarrollan numerosos estudios y proyectos de intervención, para conservar, preservar y rehabilitar los recursos naturales de las tierras secas.
La República Argentina ocupa más del 80% de su territorio con actividades agrícolas, ganaderas y forestales, generando un impacto importante en la base de sus recursos naturales, que se expresa en la actualidad con más de 60.000.000 de hectáreas sujetas a procesos erosivos de moderados a graves. Cada año se agregan 650.000 ha, con distintos grados de erosión.
La gran variedad de condiciones climáticas, procesos geomorfológicos y de recursos de suelo y forestales, determinan una gran diversidad ecológica en las regiones y subregiones sujetas a déficit hídrico. Según el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación se presenta el siguiente escenario:
En la región Pampeana Semiárida (20.000.000 de ha), con suelos arenosos de pendientes suaves, se generalizó la agricultura con prácticas incorrectas y el sobrepastoreo en las áreas más secas. Las sequías periódicas desataron procesos de erosión eólica (más de 8.000.000 de ha) dando origen a médanos y exponiendo los suelos a la erosión hídrica (4.000.000 de ha).
En la Patagonia (80.000.000 de ha), estepa con relieve de mesetas, la causante principal de la desertificación está dada por el sobrepastoreo ovino. Los sistemas ganaderos extensivos establecidos hace más de un siglo no contemplaron el uso sustentable del pastizal natural, acentuando sus condiciones de aridez por disminución o eliminación de la cubierta vegetal. Coexisten en el ambiente patagónico los valles irrigados con severos procesos de salinización y revenimiento de acuíferos. Actualmente más del 30 % de la superficie de la región se encuentra afectada por procesos erosivos eólicos e hídricos severos o graves.
Sobrepastoreo en Patagonia


El Chaco semiárido (32.000.000 de ha) gran planicie ubicada en el centro norte del país, presenta un ecosistema con vocación forestal sujeto a desmonte masivo asociado a la expansión de la agricultura, que expone los suelos a las precipitaciones y temperaturas extremas, generando pérdidas en la fertilidad y eficiencia hídrica, y consecuentes procesos erosivos.  Esta situación se agrava hacia el suroeste, donde la región del Chaco árido presenta las condiciones más extremas de aridez y fuertemente sujeto al sobrepastoreo.
La Puna (8.000.000 de ha), altiplanicie despoblada, ubicada en el Noroeste a más de 3.000 metros de altura, junto a la desierta región Altoandina (8.000.000 de ha) está sujeta a procesos de erosión hídrica y eólica, fundamentalmente por sobrepastoreo. Los Valles Áridos del Noroeste y las Sierras Secas Centrales (15.000.000 de ha), áreas montañosas con sistemas agrícolas bajo riego y ganadería extensiva en los faldeos montañosos, presentan problemas de erosión en las cuencas hidrográficas por sobrepastoreo, deforestación e incendios.
En el área de Cuyo (20.000.000 de ha) coexisten importantes áreas bajo riego, con problemas de salinización y revenimiento freático (oasis de cultivo), con extensas llanuras fluvioeólicas "de las travesías", sujetas a sobrepastoreo y deforestación.
Pero deficiencias en la infraestructura de riego, la inadecuada sistematización del terreno, el mal manejo del agua y déficits en la asistencia técnica al productor, llevaron que cerca del 40 % de la superficie presenta problemas de salinización y/o revenimiento freático. La dramática disminución de las formaciones boscosas de la Argentina ha acompañado a la desertificación. En los últimos 75 años la reducción de la superficie forestal natural, alcanzó el 66% de su superficie original.
Asociado con la ocupación del territorio y la modificación de los ecosistemas, la pérdida de biodiversidad se expresa en el peligro de desaparición del 40 % de las especies vegetales y animales en todas las regiones marginales y en especial en las más expuestas a la desertificación.
El proceso de deterioro es agravado por políticas macroeconómicas y sectoriales que privilegian la orientación exportadora, favoreciendo la concentración y la explotación de los recursos naturales de una manera no sustentable. A esta situación se suma el hecho que los productores tradicionales y minifundistas carecen de una política de protección o promoción por lo que en las condiciones actuales sobreexplotan los recursos como estrategia de supervivencia.




Principales causas
Las tres principales causas de la desertificación son el sobrepastoreo, la deforestación y las prácticas de una agricultura no sustentable. El sobrepastoreo y la deforestación destruyen el estrato de vegetación protectora que cubre las regiones áridas y semiáridas, haciendo posible que la erosión hídrica y eólica decapiten los fértiles estratos superiores del suelo. Las prácticas agrícolas no sustentables eliminan los nutrientes del suelo, salinizándolo, desecándolo, compactándolo o sellando su superficie y provocando la acumulación de sustancias tóxicas. Estas diversas formas de explotación humana que sobrecarga la degradación ecológica y perturbación socio-económica derivan de una combinación de:
1.   Explotación humana que sobrecarga la capacidad natural del ecosistema, y que propicia el descuido y abandono de la tierra y la migración de los pobladores.
2.   La inherente fragilidad ecológica del sistema de recursos de las tierras secas.

3.   Las condiciones climáticas adversas, en particular las sequías recurrentes graves.


La deforestación, una de las principales causas de desertificación


Socio Economía de la desertificación
La desertificación provoca importantes impactos en la sociedad y su economía, tanto a nivel global, nacional o local. El deterioro de los recursos en las tierras secas o la propia incapacidad para incrementar la productividad del sistema agrícola, generan permanentes flujos migratorios hacia los centros urbanos. Estas migraciones desestructuran las familias rurales, generan una importante pérdida cultural, y por sobre todo incrementan la pobreza extrema en los centros urbanos.
La gran variabilidad física biológica de las tierras secas, junto a muy diversas estrategias manejo y producción por parte de productores y utilizadores de recursos, imponen restricciones a cualquier análisis económico global  de la desertificación. La cuantificación de este deterioro ambiental y la adecuada valorización económica de su impacto, junto al análisis de los factores socioeconómicos como causa y consecuencia de la degradación, son elementos claves en la política ambiental rural en la región.
Por otra parte las sociedades de la región deben evaluar y decidir permanentemente sobre la asignación de recursos escasos en las inversiones para el desarrollo y con escenarios competitivos entre áreas con mayor y menor vocación productora de alimentos, tanto para el abastecimiento local o de bienes para la exportación. En este panorama las tierras secas parecen no ser muy favorecidas. Sin embargo existen muchas oportunidades para inversiones en estas áreas, que en el marco de proyectos para el desarrollo sustentable de pequeños productores y campesinos, demuestran que el nivel de eficiencia del capital invertido en este tipo de proyecto productivo-ambiental puede alcanzar valores positivos.



                   Artículo: LOS PROCESOS DE DESERTIFICACIÓN Y LAS REGIONES ÁRIDAS. Revista: Revista Chapingo. Serie Ciencias Forestales y del Ambiente 2013 19(1)
                www.cricyt.edu.ar http://www.cricyt.edu.ar/enciclopedia/terminos/Deserti.htm

miércoles, 21 de junio de 2017

Desmonte en Argentina




La Secretaría de Ambiente de la Nación reveló en un informe la pérdida de más de un millón de hectáreas en los casi cuatro años de su estudio, comprendidos desde la sanción de la Ley 26.331 de Protección de Bosques Nativos a finales de 2007, los respectivos Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos (OTBN) de cada provincia y el año 2011.
Pese la legislación pertinente al cuidado y preservación de los Bosques Nativos en territorio argentino y a las múltiples denuncias realizadas por organizaciones campesinas, pueblos originarios, organizaciones no gubernamentales como así también ambientalistas, el informe “Monitoreo de la Superficie de Bosque Nativo de la República Argentina” con fecha de Junio de 2012 , elaborado por la Dirección de Bosques de la Nación, advierte el crecimiento gradual de los desmontes ilegales en el territorio nacional, con preponderancia en el Parque Chaqueño y la Selva Tucumano Boliviana.

De acuerdo a lo expuesto en el documento, las provincias donde más se avanzó con la deforestación son lideradas por Santiago del Estero con 453.551 hectáreas desmontadas, Salta con 236.246, Formosa con 129 mil y Chaco con 110 mil. En menor medida, pero importante con respecto al porcentaje desmontado, en San Luis se desmontaron 37 mil hectáreas, en Misiones 21 mil y en Tucumán 18 mil.
Los desmontes en zonas de categoría “Roja”, las cuales requieren máxima protección, ya que corresponden a lugares con mayor cantidad de formaciones vegetales nativas y con función ecosistémica en su entorno, son liderados por las provincia de Salta y Santiago del Estero. En el período de casi 4 años que contempla el informe, en Salta se desmontaron 8080 hectáreas y 6719 hectáreas en territorio santiagueño. Los sigue Formosa con 898 hectáreas, San Luis con 298 y Jujuy con 201.
Las zonas de categoría “amarilla”, aquellas susceptibles de un aprovechamiento sostenible y sustentable, son las que más han sufrido: con un total casi de 260 mil hectáreas desmontadas, Santiago del Estero figura con 195.001 hectáreas arrasadas, Salta con 31.749 y Chaco con 21.749, entre los tres primeros y que concentran casi la totalidad de las hectáreas pérdidas.
Este último dato avala un flaco cuidado hacia la flora nativa si tenemos en cuenta que en contraposición las tierras aptas para desmonte de la categoría “Verde” (siempre y cuando se presenten los permisos y acuerdos correspondientes), éstas presentan cerca de 75 mil hectáreas menos desmontadas.

De las provincias más afectadas por los desmontes en el período analizado, Salta y Santiago del Estero exponen las fallas y violaciones a las prohibiciones que estipulaban el cese de los desmontes luego de la sanción de la Ley de Bosques, hasta que cada provincia conformara su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN):
- En Santiago del Estero se desmontaron 169 mil hectáreas del Parque Chaqueño entre 2007 y la conformación del OTBN en 2009.
- En Salta se desmontaron 109 mil hectáreas de Parque Chaqueño y 5 mil de la Selva Tucumano Boliviana hasta la conformación del OTBN a finales de 2008.
Del informe, se deduce que la superficie forestal que más se ha visto atacada ha sido la santiagueña llegando al 2,3% de terreno desmontado, seguido por Salta con 1,3% de terreno deforestado, Córdoba con el 1,15%, Formosa con el 1,04% y el caso particular de San Luis, que muestra un porcentaje de 1,5% de tierras desmontadas, pero con una superficie de bosques mucho menor que el resto.

Consecuencias del desmonte

Degradación del suelo


Investigadores advierten que, a causa del impacto de la expansión agrícola, en sólo tres décadas, el ascenso de las napas en el este de Salta podría causar anegamientos, salinizar los suelos y volverlos improductivos. El problema ya se instaló en San Luis. El equipo de científicos busca alternativas para el manejo del suelo que, sin frenar las tendencias productivas actuales, neutralicen los efectos de la salinización.
Los cambios generados en el uso del suelo por la expansión de la frontera agrícola aceleran procesos que en la naturaleza demoraron miles de años en manifestarse, y que amenazan seriamente su productividad. Dos estudios de la Facultad de Agronomía advierten sobre las consecuencias del desmonte en Cuyo y en el NOA, vinculadas con el ascenso de las napas freáticas y la salinización de los suelos, que en sólo 30 años podría llevar a que parte del noroeste argentino, donde hoy se producen alimentos, se inunde con agua salada.
Los estudios, que incluyen a la Universidad Nacional de San Luis, se concentran en planicies semiáridas de las regiones Espinal y Chaco, en las provincias de San Luis, donde apareció un nuevo río de la noche a la mañana, con cauces de 10 metros de ancho y 5 de profundidad, y del este de Salta, donde el desmonte y la siembra de cultivos (principalmente la de soja) crecieron de manera exponencial en los últimos años.

“El reemplazo de la vegetación semiárida por agricultura de secano genera mayor humedad en el suelo, lavado de sales de los perfiles y un posible ascenso de los niveles freáticos”, señaló la especialista Celina Santoni.

Según Jobbágy, otro de los investigadores, el Nuevo Río (como se lo denominó en la provincia cuyana) es una señal temprana de los grandes cambios provocados en el uso de la tierra: “Los sedimentos pasaron allí 9 mil años sin sufrir incisiones ni procesos parecidos. Pero, desde los setenta, los niveles freáticos subieron hasta 10 metros y, literalmente, de la noche a la mañana, el ascenso de las napas generó una ruptura por donde corre el agua en forma permanente, aun en la estación seca”. ¿Qué cambió en estos años para generar tal impacto? “Lo que resulta único del presente es el disturbio agrícola: 90% de la cuenca está desmontada”, aseguró el investigador.

Los bosques secos, en estas condiciones de clima, suelen alojar naturalmente una enorme cantidad de sales en el suelo a más de dos metros de profundidad. Esto es el resultado del consumo exhaustivo de agua que hace la vegetación natural y que lleva a que se acumulen sales en profundidad por siglos o milenios y que las napas freáticas se mantengan profundas. “La agricultura cambia esta condición, porque genera fugas de agua en profundidad. Con el tiempo, esto lava las sales, las transporta a la napa, eleva su nivel y, enmuchos casos, causa salinidad en superficie cuando las napas entran en contacto con la atmósfera”, explicó Jobbágy.

En Australia existe un antecedente, denominado dryland salinity, que provocó el ascenso de los niveles freáticos, con aguas totalmente salinizadas, producto del lavado de las sales acumuladas naturalmente en los suelos en profundidad. El resultado final son grandes hectáreas de suelos inundados con aguas salinas o suelos totalmente salinizados e improductivos. Esto ocurrió después de más de 100 años de uso agrícola de las tierras, que originalmente tenían bosques de eucaliptos.


Salinización del suelo

“Asociamos esa situación con lo ocurrido en San Luis, en la cuenca del Nuevo Río (una de las más antiguas deforestadas en el país, con 70 años de historia agrícola), donde se perdieron muchas hectáreas de tierras y la salinización de napas superficiales es un problema incipiente”, apuntó Celina Santoni. Sin embargo, el ascenso de niveles freáticos no causó anegamientos y salinización como en Australia, sino la ruptura del terreno por un proceso particular: “Se trata de una cuenca con pendientes más altas que las típicas de nuestras llanuras y con sedimentos eólicos muy nuevos y, creemos, susceptibles a la ruptura por napas que fluyen a mayor velocidad”, dijo Jobbágy.

En el NOA, las investigaciones arrojaron coincidencias con San Luis, Australia y otras planicies semiáridas de Estados Unidos, según Laura Amdan, quien estudió las consecuencias del desmonte sobre la recarga de agua subterránea y la salinización de suelos en Salta. Su trabajo se presentó junto a otras tesis coordinadas de la licenciatura en Ciencias Ambientales de la Facultad de Agronomía ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para evaluar el impacto ambiental acumulativo del desmonte en cuatro departamentos del este salteño (San Martín, Orán, Rivadavia y Santa Victoria), que en las últimas tres décadas tuvieron el mayor crecimiento agrícola del país, en detrimento de los bosques.


“El desmonte cambió radicalmente el sistema radicular”, dijo Amdan, y explicó que las raíces de la soja (el cultivo extensivo más difundido en el este de Salta) no logran absorber la lluvia como lo hacían los árboles. Esto hace que el agua atraviese todo el perfil del suelo y transporte las sales acumuladas por milenios hasta las napas. Si el monocultivo de soja persiste, con el tiempo las napas comienzan a ascender con las sales, hasta llegar a la superficie. Y esto podría suceder, según las conclusiones de Amdan, en un período de entre 30 y 100 años, según la edad del desmonte, la cobertura y el manejo agronómico. En el caso de las pasturas, que se siembran como alimento para el ganado, el proceso podría demorar hasta 250 años. 


El principal problema de la degradación del suelo es la forma de utilización del cultivo como monocultivo y el manejo del suelo sin respetar su aptitud agrícola. El cultivo de soja tiene las características de ser un cultivo extractivo de nutrientes del suelo que exige una práctica de rotación determinada según la zona y a su vez, en ciertos suelos no es aconsejable a pesar de sus buenos resultados económicos a corto plazo.
El cultivo de la soja avanzó sobre montes nativos, como el Bosque Chaqueño que se despliega en las provincias de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, el noroeste de Santa Fe y noreste de Salta arriesgando la estabilidad de los ecosistemas. Favorecido por un ciclo húmedo, avances en biotecnología, métodos de labranza y la expectativa de buenos precios a partir de la devaluación, 5 el avance vertiginoso de la agricultura sobre los bosques es uno de los problemas mas graves en cuanto a la degradación del suelo. 
En este contexto y agravado por fuertes intereses locales, políticos y económicos, la permanencia de la producción agrosilvopastoril tradicional (práctica conservacionista del recurso), entre otras, se ve seriamente comprometida. 

Argentina está enfrentando en las últimas décadas uno de los procesos de deforestación más fuerte de su historia. Con el agravante que en la actualidad el reemplazo de los bosques por la agricultura se realiza principalmente por el monocultivo de soja, este tipo de práctica agrícola deteriora el sitio de tal manera que se puede asumir que la conversión es de tipo permanente y si las tierras fueran abandonadas no se podría recuperar la vegetación natural original deteniéndose la sucesión en etapas tempranas como arbustal.


             Argentina Investiga (http://argentinainvestiga.edu.ar/noticia.php?titulo=las_consecuencias_del_desmonte&id=1713)
             "El avance de la frontera agropecuaria y sus consecuencias" Secretaria de                       Ambiente y Desarrollo Sustentable

lunes, 5 de junio de 2017

Parques Nacionales toma posesión de El Impenetrable

Ahora sí, bienvenido Parque Nacional El Impenetrable

El día 31 de marzo, finalmente el juzgado Civil, Comercial y Laboral de la localidad de Juan José Castelli ordenó la efectiva toma de posesión del PN El Impenetrable a la provincia del Chaco.De esta manera, la Administración de Parques Nacionales de Argentina podrá comenzar a instalar los centros operativos y a proteger de manera efectiva esas 130.000 valiosísimas hectárea de monte chaqueños en excelente estado en los que viven yagueretés, osos hormigueros, águilas coronadas y tatús carreta.
El Parque Nacional El Impenetrable será además, a través del ecoturismo, una fuente de desarrollo económico para una de las regiones más postergadas del país.

El traspaso permitirá instalar de manera permanente un centro operativo para garantizar la conservación de la biodiversidad en el área protegida nacional más grande del norte argentino.


Se creó a partir de la Ley 26.996, sancionada el 22 de octubre de 2014 y promulgada el 31 del mismo mes,
pero por distintos artilugios legales y la inacción de los poderes públicos se puso en peligro la conservación de la biodiversidad y desde entonces el Gobierno de Chaco no podía tomar posesión del lugar, ya que se trata de tierras de la Estancia La Fidelidad, propiedad que se encontraba en sucesión tras el asesinato en enero de 2011 de quien fuera su dueño, el italiano Manuel Roseo.

La buena noticia es que se trata de un paso más para garantizar la conservación de la biodiversidad en el Parque Nacional más grande del Norte argentino. La jueza Gladis Beatriz Regosky otorgó la posesión del inmueble expropiado por la ley N° 2.968, al fiscal de Estado Luis Alberto Meza y el secretario General de la Fiscalía Fernando Ford, en representación del gobierno provincial.
Ubicado en el norte de la provincia del Chaco, es el hábitat natural de especies emblemáticas de la zona como son el oso hormiguero, tapir, pecarí, tatú carreta y yaguareté, además de una enorme variedad de aves. 



Fuente: https://www.parquesnacionales.gob.ar/          
              http://www.avesargentinas.org.ar/

Represas en Santa Cruz y su impacto ambiental

Fuente: La Nación. Foto: Gentileza Darío Podestá El viernes 13 de octubre del corriente año el ministro de Energía, Juan José Aran...