martes, 11 de julio de 2017

La Desertificación

La Desertificación


La desertificación se define como la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, que resulta de factores de origen climático y de actividades antropogénicas como la deforestación, el sobrepastoreo, la expansión de áreas agrícolas hacia áreas frágiles y la sobreexplotación de la vegetación para uso doméstico.
Más de dos tercios del territorio argentino están comprendidos por regiones áridas, semiáridas o subhúmedas secas, las que están sujetas a procesos de desertificación, el problema de degradación de tierras de mayor importancia en las zonas áridas del mundo. Este proceso que alcanza dimensiones globales, ha sido motivo para el establecimiento de un acuerdo de alcance internacional en 1994, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y Mitigación del Efecto de las Sequías.

La Desertificación en la República Argentina
En la Argentina, se ha establecido el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación en el marco del cual se desarrollan numerosos estudios y proyectos de intervención, para conservar, preservar y rehabilitar los recursos naturales de las tierras secas.
La República Argentina ocupa más del 80% de su territorio con actividades agrícolas, ganaderas y forestales, generando un impacto importante en la base de sus recursos naturales, que se expresa en la actualidad con más de 60.000.000 de hectáreas sujetas a procesos erosivos de moderados a graves. Cada año se agregan 650.000 ha, con distintos grados de erosión.
La gran variedad de condiciones climáticas, procesos geomorfológicos y de recursos de suelo y forestales, determinan una gran diversidad ecológica en las regiones y subregiones sujetas a déficit hídrico. Según el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación se presenta el siguiente escenario:
En la región Pampeana Semiárida (20.000.000 de ha), con suelos arenosos de pendientes suaves, se generalizó la agricultura con prácticas incorrectas y el sobrepastoreo en las áreas más secas. Las sequías periódicas desataron procesos de erosión eólica (más de 8.000.000 de ha) dando origen a médanos y exponiendo los suelos a la erosión hídrica (4.000.000 de ha).
En la Patagonia (80.000.000 de ha), estepa con relieve de mesetas, la causante principal de la desertificación está dada por el sobrepastoreo ovino. Los sistemas ganaderos extensivos establecidos hace más de un siglo no contemplaron el uso sustentable del pastizal natural, acentuando sus condiciones de aridez por disminución o eliminación de la cubierta vegetal. Coexisten en el ambiente patagónico los valles irrigados con severos procesos de salinización y revenimiento de acuíferos. Actualmente más del 30 % de la superficie de la región se encuentra afectada por procesos erosivos eólicos e hídricos severos o graves.
Sobrepastoreo en Patagonia


El Chaco semiárido (32.000.000 de ha) gran planicie ubicada en el centro norte del país, presenta un ecosistema con vocación forestal sujeto a desmonte masivo asociado a la expansión de la agricultura, que expone los suelos a las precipitaciones y temperaturas extremas, generando pérdidas en la fertilidad y eficiencia hídrica, y consecuentes procesos erosivos.  Esta situación se agrava hacia el suroeste, donde la región del Chaco árido presenta las condiciones más extremas de aridez y fuertemente sujeto al sobrepastoreo.
La Puna (8.000.000 de ha), altiplanicie despoblada, ubicada en el Noroeste a más de 3.000 metros de altura, junto a la desierta región Altoandina (8.000.000 de ha) está sujeta a procesos de erosión hídrica y eólica, fundamentalmente por sobrepastoreo. Los Valles Áridos del Noroeste y las Sierras Secas Centrales (15.000.000 de ha), áreas montañosas con sistemas agrícolas bajo riego y ganadería extensiva en los faldeos montañosos, presentan problemas de erosión en las cuencas hidrográficas por sobrepastoreo, deforestación e incendios.
En el área de Cuyo (20.000.000 de ha) coexisten importantes áreas bajo riego, con problemas de salinización y revenimiento freático (oasis de cultivo), con extensas llanuras fluvioeólicas "de las travesías", sujetas a sobrepastoreo y deforestación.
Pero deficiencias en la infraestructura de riego, la inadecuada sistematización del terreno, el mal manejo del agua y déficits en la asistencia técnica al productor, llevaron que cerca del 40 % de la superficie presenta problemas de salinización y/o revenimiento freático. La dramática disminución de las formaciones boscosas de la Argentina ha acompañado a la desertificación. En los últimos 75 años la reducción de la superficie forestal natural, alcanzó el 66% de su superficie original.
Asociado con la ocupación del territorio y la modificación de los ecosistemas, la pérdida de biodiversidad se expresa en el peligro de desaparición del 40 % de las especies vegetales y animales en todas las regiones marginales y en especial en las más expuestas a la desertificación.
El proceso de deterioro es agravado por políticas macroeconómicas y sectoriales que privilegian la orientación exportadora, favoreciendo la concentración y la explotación de los recursos naturales de una manera no sustentable. A esta situación se suma el hecho que los productores tradicionales y minifundistas carecen de una política de protección o promoción por lo que en las condiciones actuales sobreexplotan los recursos como estrategia de supervivencia.




Principales causas
Las tres principales causas de la desertificación son el sobrepastoreo, la deforestación y las prácticas de una agricultura no sustentable. El sobrepastoreo y la deforestación destruyen el estrato de vegetación protectora que cubre las regiones áridas y semiáridas, haciendo posible que la erosión hídrica y eólica decapiten los fértiles estratos superiores del suelo. Las prácticas agrícolas no sustentables eliminan los nutrientes del suelo, salinizándolo, desecándolo, compactándolo o sellando su superficie y provocando la acumulación de sustancias tóxicas. Estas diversas formas de explotación humana que sobrecarga la degradación ecológica y perturbación socio-económica derivan de una combinación de:
1.   Explotación humana que sobrecarga la capacidad natural del ecosistema, y que propicia el descuido y abandono de la tierra y la migración de los pobladores.
2.   La inherente fragilidad ecológica del sistema de recursos de las tierras secas.

3.   Las condiciones climáticas adversas, en particular las sequías recurrentes graves.


La deforestación, una de las principales causas de desertificación


Socio Economía de la desertificación
La desertificación provoca importantes impactos en la sociedad y su economía, tanto a nivel global, nacional o local. El deterioro de los recursos en las tierras secas o la propia incapacidad para incrementar la productividad del sistema agrícola, generan permanentes flujos migratorios hacia los centros urbanos. Estas migraciones desestructuran las familias rurales, generan una importante pérdida cultural, y por sobre todo incrementan la pobreza extrema en los centros urbanos.
La gran variabilidad física biológica de las tierras secas, junto a muy diversas estrategias manejo y producción por parte de productores y utilizadores de recursos, imponen restricciones a cualquier análisis económico global  de la desertificación. La cuantificación de este deterioro ambiental y la adecuada valorización económica de su impacto, junto al análisis de los factores socioeconómicos como causa y consecuencia de la degradación, son elementos claves en la política ambiental rural en la región.
Por otra parte las sociedades de la región deben evaluar y decidir permanentemente sobre la asignación de recursos escasos en las inversiones para el desarrollo y con escenarios competitivos entre áreas con mayor y menor vocación productora de alimentos, tanto para el abastecimiento local o de bienes para la exportación. En este panorama las tierras secas parecen no ser muy favorecidas. Sin embargo existen muchas oportunidades para inversiones en estas áreas, que en el marco de proyectos para el desarrollo sustentable de pequeños productores y campesinos, demuestran que el nivel de eficiencia del capital invertido en este tipo de proyecto productivo-ambiental puede alcanzar valores positivos.



                   Artículo: LOS PROCESOS DE DESERTIFICACIÓN Y LAS REGIONES ÁRIDAS. Revista: Revista Chapingo. Serie Ciencias Forestales y del Ambiente 2013 19(1)
                www.cricyt.edu.ar http://www.cricyt.edu.ar/enciclopedia/terminos/Deserti.htm

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